Si su presión sanguínea varía de un día a otro, quizá esté en un riesgo más alto de demencia o de Alzheimer, sugiere una nueva investigación realizada en Japón.
Las personas cuya presión arterial sistólica (la cifra superior) fluctuaba de un día a otro tenían más del doble de probabilidades de desarrollar cualquier tipo de demencia o Alzheimer que las que tenían una presión arterial más estable. El estudio, que se basó en las monitorizaciones realizadas en casa, también reportó que los participantes tenían casi tres veces más probabilidades de desarrollar una demencia vascular, provocada por el endurecimiento de las arterias. "Los hallazgos sugieren que una mayor variabilidad de un día para otro de la presión arterial, es un factor de riesgo del desarrollo de la demencia, la demencia vascular y el Alzheimer por todas las causas en la población general japonesa anciana", dijo el investigador principal, el Dr. Tomoyuki Ohara, profesor de neuropsiquiatría en Facultad de Postgrados de Ciencias Médicas de la Universidad de Kyushu, en la ciudad de Fukuoka. La asociación entre las fluctuaciones diarias de la presión arterial y la demencia se observó tanto si los participantes tenían una presión arterial normal o hipertensión, añadió. Pero Ohara advirtió que este estudio no demuestra que las variaciones en la presión arterial provoquen demencia, sino solamente que las dos cosas parecen estar asociadas. Pero si usted tiene una presión arterial fluctuante, estabilizarla podría ayudarle a prevenir la demencia, dijo. El informe aparece en la edición en línea del 7 de agosto de la revista Circulation. Las personas cuya presión arterial fluctúe podrían recibir un tratamiento a fin de minimizar las fluctuaciones, lo que a su vez podría hacer que los vasos sanguíneos del cerebro se mantuvieran sanos. "Hay cada vez más evidencias de que esto es lo que debemos hacer". "Los vasos sanguíneos sanos, el cerebro sano, la mente sana", dijo. "Si los vasos sanguíneos del cerebro funcionan, el cerebro funciona bien, y si el cerebro funciona bien, la mente será aguda". FUENTES: Tomoyuki Ohara, M.D., Ph.D., assistant professor, neuropsychiatry, Graduate School of Medical Sciences, Kyushu University, Fukuoka City, Japan; Costantino Iadecola, M.D., professor, neurology, director, Feil Family Brain and Mind Research Institute, Weill Cornell College of Medicine, New York City; Aug. 7, 2017, Circulation
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Incluso, hay personas sin señales externas de enfermedad que pueden tener dichas proteínas.
Los adultos mayores con evidencias de "placas" en el cerebro son más propensas a experimentar disminución de la memoria a lo largo de los próximos años, encuentra un nuevo estudio. Los investigadores afirman que los resultados respaldan una antigua teoría: la acumulación de proteínas anómalas en el cerebro es señal de una etapa temprana de la enfermedad de Alzheimer. Hace años se sabe que en las personas con Alzheimer el cerebro acumula depósitos de proteínas conocidos como "placas beta amiloidea". Pero incluso las personas sin señales externas de demencia pueden tener niveles de proteína beta amiloide en el cerebro. Debido a ello, se está investigando qué significa que personas libres de síntomas presenten "placas amiloideas". Sobre todo, cuando tienen familiares con enfermedad de Alzheimer. Las investigaciones sugieren que esto sucede en alrededor de un tercio de los adultos mayores de 65 años, señaló el Dr. Paul Aisen. "Hay tres posibilidades amplias", dijo Aisen, profesor de neurología en el campus de ciencias de la salud de la Universidad del Sur de California, en San Diego. 1- Que las placas amiloides no significan nada y solo es un hallazgo incidental". 2- Que las personas con dichas placas pudieran tener más riesgo de desarrollar Alzheimer. 3- Que la acumulación de la beta amiloidea ya es una etapa temprana del Alzheimer. Los nuevos hallazgos respaldan la tercera explicación. Según los expertos, la esperanza es detectar a las personas en las etapas muy tempranas del Alzheimer, cuando quizá sea posible prevenir la progresión. Y ello está a punto de poder realizarse -incluso en Argentina- en etapas libres de todo síntoma. "Queremos identificar a la gente temprano, y entonces intervenir para cambiar la trayectoria de la enfermedad, ya sea a través de fármacos, medidas del estilo de vida, o una combinación", planteó Snyder, de la Asociación del Alzheimer. En ensayos tempranos, los medicamentos "anti amiloideos" no han dado resultado, explicó Aisen. Pero, dijo, esto podría deberse a que los tratamientos se administran tarde en el desarrollo de la enfermedad. Un nuevo estudio incluyó a 445 adultos mayores estadounidenses y canadienses que no tenían señales de demencia. El estudio encontró que aquellas personas con una beta amiloide elevada experimentaron un mayor deterioro cognitivo a lo largo de tres años. Y en una pequeña cantidad de participantes estudiados hasta 10 años, se estima que un 88 por ciento de los que tienen una beta amiloide elevada habrán desarrollado un deterioro mental tras una década. La pregunta fundamental: ¿La acumulación de beta amiloidea en realidad provoca Alzheimer? Aisen considera que las evidencias apuntan en esa dirección de forma contundente. La Asociación del Alzheimer fue uno de los patrocinadores de estudio, junto con los Institutos Nacionales de la Salud de EE. UU. y varias compañías farmacéuticas que están desarrollando terapias para el Alzheimer. __________________________________________ El estudio aparece en la edición del 13 de junio de la revista Journal of the American Medical Association. Association Between Elevated Brain Amyloid and Subsequent Cognitive Decline Among Cognitively Normal Persons. Haz clic aquí para editar. |
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